... víctimas del doctor poggi
La historia va más o menos así. Hace algunas semanas un tipo se cruzó con Mario Poggi en el parque Kennedy de Miraflores y, según afirma, sostuvo una agradable conversación con él. Hasta allí todo bien, nada fuera de lo normal. Recuerdo haber hecho lo propio hace poco más de 5 años, e incluso, me aventuré a relatar aquella extraña experiencia en el post titulado "Una Velada con Poggi", historia que fue publicada en el mes de marzo del 2006, la misma que podrán leer si hacen clic AQUI. Retomo el tema. Llegado a determinado punto, y sin alcanzar a comprender exactamente por cuál oscuro motivo, el tipo en cuestión cometió la negligencia de comentarle a Mario Poggi lo siguiente: "Doctor Poggi, tengo un blog", a lo que Poggi replicó: "no sé qué chucha es eso, pero yo también quiero uno, aaaaaahh". Tal parece que después de la explicación pertinente, el tipo engatusó a Poggi con el sueño del blog propio y se ofreció él mismo a hacerse cargo de los engorrosos trámites que todo ello conlleva (registro, promoción, actualización, moderación, etc., etc.). Entusiasmado y casi eufórico (como era previsible), y en un acto de soberana estupidez (eso también era previsible), Mario Poggi le confió a esta persona desconocida el password de su cuenta de correo personal, cuenta que además suele usar como espacio de almacenamiento virtual, un lugar en donde guarda celosamente sus más preciados escritos inéditos (como también sus ilegales fotos de calatas... esto lo sabemos todos aquellos quienes fuimos asiduos a su desaparecida web oficial en Geocities), con la finalidad de que este sujeto, bajo permiso, publicara un blog utilizando el nombre del loco Poggi dada la poca frecuencia con la que el doctor accede a internet.
El caso es que, con tan hermoso material caido del cielo, el arribista de marras ha sacado un blog con los artículos del iluminado maestro. Perfecto, es cierto que todo va de acuerdo a sus legítimos deseos e intereses (los de Poggi, obviamente), pero lo que sucede es que estoy llorando por la herida. Me pregunto qué hubiese sucedido si yo concretaba aquel frustrado segundo encuentro con Poggi (ver post Mi Primer Pajazo) y le hablaba no solo de Crónicas de la Farándula Kitsch y la combi que capitanea con su rostro de psicólogo orate (ver imagen de encabezado, asiento 1, detrás del cobrador), sino también de Una Velada con Poggi, la historia que le dediqué con tanto cariño. Aunque conociéndome, lo más probable es que al final hubiese terminado jugándole sucio; de seguro no le hubiese creado ningún blog, y todo el material contenido en su correo estaría siendo posteado a diestra y siniestra, sin asco ni remordimientos, en este repudiable espacio masturbatorio (en realidad, ex masturbatorio), aunque claro, con el respectivo crédito al autor (tan mezquino tampoco soy), y no contento con eso, estaría ofreciendo al mejor postor sus cuentas de correo, incluyendo, obviamente, los tan famosos passwords del Loco Poggi, de los cuales mucho se habló hacia fines del 2005, cuando una facción radical de desquiciados discípulos disidentes intentó dar un golpe de estado y hackear el correo y la página web del doctor Poggi para tener entre manos, de una vez por todas, las muy codiciadas fotos prohibidas del maestro, tomadas todas en la selvática comunidad de Saposoa a mitad de los años 90, en las que presuntamente aparecía junto a sus alumnas Asháninkas del curso de Formación Laboral y Manualidades en situaciones bastante comprometedoras... (Nota: ver caricatura al final del post).
Prefiero dejar allí el asunto, al menos por el momento. Al igual que Conan en su dulce etapa de rey, esa ya es otra historia.
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MIS EXPERIMENTOS EN EL PARQUE KENNEDY. Escribe: Mario Poggi
Primer caso
El vientre materno condiciona en los nueve meses nuestro destino. Si has sido maltratado, angustiado, el feto cuando adulto, tomara el imprinting, y su alimento será angustia, y masoquismo en todos los actos de su vida, y viceversa.
Estas conductas atávicas no pueden modificarse porque es como el fierro caliente que sale del horno, que al enfriarse se rompe si lo doblas.
Una señora me dijo: mi hijo de 15 años tiene manía de mover el ropero detrás de la puerta para trancarla, y también la cama; si no lo hace, no duerme en paz. Entonces yo le pregunté que le pasó en sus nueve meses de embarazo, ella me contestó: cuando tenía 5 meses de gestación me atacaron los terrucos; y yo hice exactamente lo mismo que él hace ahora. Entonces le repliqué: el feto ha copiado esa conducta y la ha descargado después de 15 años.
Esta teoría yo la he descubierto hace 5 años, y la señora vive en Pucallpa.
Segundo caso
Una señora se lamenta por su hija de 35 años que se casó con una persona inadecuada -un drogadicto-, y encima la abandonó. Mientras que a la otra hija, que tiene 23 años, le ha ido muy bien en el matrimonio e incluso los mantiene a los otros. Me las presentó a las dos en el parque. La mamá, me decía riéndose: "si han salido de la misma chucha, porque chucha son tan diferentes".
Yo le dije que me contara el embarazo de las dos. Ella me contó que en el primer embarazo, el energúmeno de su marido le pegaba en la barriga y la humillaba. Por eso le dije, el feto aprendió a sufrir, y en la vida adulta busca inconscientemente todo lo que le haga sufrir, porque es su alimento. Una especie de masoquismo introyectado que aflora en la época adulta, y por eso escoge al ser más despreciable del planeta para aparearse y hacer familia, sin escuchar los ruegos de la mamá que le decía no te cases con ese que es un fumón.
Luego me cuenta del otro embarazo, para ese entonces ya se había divorciado del energúmeno de su marido, su gestación fue feliz y tranquila durante los nueve meses, escuchando música clásica, yendo a su control médico sin angustias, por eso que el feto fue feliz, y ahora en la edad adulta busca todo lo que le hace feliz como alimento.
La esta segunda hija se casó con un norteamericano que le da todo, y hasta le da un poco de propina para su madre.
Tercer caso
Una niña de 5 años le gusta meterse en la tina todo el día y no sale de ella hasta que su piel se quede como corcho. Ya la han salvado varias veces de ahogarse en el mar, porque sin miedo, se mete sin medir el peligro. Yo le pregunto a la señora que pasó en sus nueve meses de embarazo, cómo los vivió, y me contó que había tomado mucha agua.
Yo le dije: "El feto aprendió a simpatizar con el agua, volviéndose una conducta maniática".
Cuarto caso
Un joven de 25 años me cuenta que tiene la manía de subirse a los árboles, y cuando compra una casa tiene que tener un árbol. Le pregunto que pasó con su mamá, cuando el era feto. Mi mamá se subió a un árbol cuando estaba embarazada y se le rompió la fuente. Entonces el feto aprendió a subir un árbol.
Quinto caso
Un joven se frotaba la barriga a la altura del hígado. Su padre le decía delante de mí: "Ya estás grandecito, para que te sigas frotando el costado. Me tienes cojudo con esa manía".
Le pregunté a su madre: ¿Que pasó en tu barriga cuando estabas embarazada de tu hijo? Me respondió: "Mi marido me pegó una patada en la barriga". Entonces le dije yo: "Ahí está la explicación, el golpe le cayó al feto y hasta ahora sigue sobándose". (Nota del Doctor Monique: Creo que aquí a Poggi le faltó acabar la frase con un "aaaaaaaahh").
Sexto caso
¿Porqué los suicidas fallidos aparecen?
Una señora me cuenta que su hijo se deprime y no quiere vivir. El tiene veintidos años, ella es contadora y su esposo también. Me dice que le han dado de todo a su hijo, menos cariño, lo mismo que a los otros hijos. Me cuenta que el hermano de la señora, que viene a ser el tío del muchacho, se quedaba en la casa para cuidarlos y les pegabas, y los amenazaba de muerte si hablaban. "Ahora que tengo 22 años -me cuenta el paciente-, solo quiero morirme. Ayer me tiré a los acantilados en Barranco, pero los bomberos me salvaron". Entonces yo le dije a la mamá y al papá que habían ido con el hijo al parque: "¿Señora, usted no sabía que su hermano drogadicto le pegaba a sus hijos cuando eran niños?". No -me contestó-, recién me entero.
Las ilusiones de sus hijos son como una caja de uvas, su hermano las ha aplastado con sus golpes, por eso que sus hijos no tienen ilusiones ahora en la edad adulta.
Sétimo caso
¿Cómo se combate la depresión en los pre-suicidas? A la señora del caso anterior le dije que pusiera el estetoscopio en su corazón y el audífono en el oído de su hijo pre-suicida para que el muchacho escuchara el sonido. Ni bien escuchó los latidos del corazón de su mamá, se quedó dormido. Esto se explica porque todas las moléculas de su ser tienen cargas positivas y negativas, y desde que han sido del tamaño de la cabeza de un alfiler, han escuchado el corazón de su mamá. Las moléculas se han vuelto positivas, y sus radicales de ácido fosfórico se convierten en fosfatasa alcalina, cambiando la polaridad, y hay una fácil penetración a la barrera hematoencefálica, dando un bienestar de sueño reparador. Esto solo lo produjo el escuchar el latido del corazón de la madre, produciendo mucha serotonina, he inhibiendo el mono-aminoxidasa.
Pero para producir más melatonina, que es la responsable junto con la serotonina de la alegría de vivir, le dije que se hiciera baños de luz. De color rojo para el hemisferio derecho y verde para el hemisferio izquierdo; esto mientras vea la TV, para que la lumino-terapia sea amena, ya que el rojo estimula el hígado y la circulación de la sangre, es antidepresivo y anti reumático, mientras que el verde es sedativo, fortifica la vista, disminuye la excitación sexual y la tensión sanguínea, calma el nerviosismo y la cólera; y lo más importante, cambia las ideas pre-suicidas o cualquier estímulo depresivo. La señora cumplió mis órdenes, y ahora su hijo es una persona curada, sin tomar pastillas antidepresivas tricíclicas, que son fatales, porque producen estreñimiento, sequedad en la boca, temblor en la mano, son fototóxicas y engordan al paciente (p.1830 del Libro de Farmacia de Remington edición 17 tomo II Barcelona).
Cuando tomas un antidepresivo está contraindicado comer chocolate, queso, pescado o menestras, porque se producen estas reacciones, hasta producir la muerte después de muchos años de medicación.
Por eso se me ocurrió crear casas antidepresivas con techos de policarbonato que cambian de color con el agua que cae, verde y rojo, azul y amarillo, para corregir los colores depresivos impregnados en el subconsciente, que son plomo, negro, marrón y lila, según Lücher, que inventó el test de los colores y yo lo manejo hace diez años.
Estas casas son de 50 metros cuadrados, construcción al seco en drywall, y se escucha la grabación de la mamá del cliente que va a habitar dentro de la casa. Tengo las maquetas a escala de 1:75 en el escalímetro de arquitectura, las cuales pueden ver en mi casa.
Todas las lisuras que digo por favor perdónenme, no sean tan formales en la vida, si finalmente no van a escapar vivos de ella. Esto lo digo por las lisuras que me brotan de los huevos para advertir una idea, por eso no les pido disculpas, váyanse a la mierda.
Se que voy a pedir perdón por haber triunfado, porque quien triunfa, sin querer ofende, lo decía Gregorio Marañón en Medicina, mientras que Confusio decía: Si me dan el primer premio y honores inclino la cabeza, si me dan el segundo premio inclino el cuello, pero si me dan el tercer premio, inclino la espalda. Cuan hondo puede ver sumergirse un pez, pero pareciera que estuviera flotando, por el agua cristalina.
fuente: El Blog de Mario Poggi - http://mariopoggi.blogspot.com
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Esta es la caricatura a la que hice referencia líneas arriba. Mención aparte, el lúcido comentario que escribe el autor en la esquina inferior derecha. Viéndolo positivamente, podría decirse que tiene un 50% de aciertos ortográficos. Nada mal tratándose de Poggi.
Imagen tomada del libro: "Yo solo sé que soy un imbécil", de Mario Poggi
Puede leerse de puño y letra: "cuando dictava clases hechado en saposoa" (sic)
- clic para ampliar -
Esta es la clase de posts que tanto disfruto colgar, y no los posts basura relacionados a Angelina Jolie, Jennifer Lopez, Mariah Carey, Jessica Alba, Beyonce, Jennifer Aniston y demás fursias hollywoodenses que han mandado al tacho la peruanidad kitsch que caracterizaba a este impresentable blog, un rincón virtual más o menos decente que de un tiempo a esta parte (a raiz de los anuncios) se ha convertido en un lugar asqueroso y medio marisquero. Bueno, qué le vamos a hacer... todos tenemos nuestro precio.
Posts Relacionados:
Una Velada con Poggi
Aparece hijo no reconocido de Jaime Bayly (ver fotos)
Mi Primer Pajazo (Mario Poggi Strikes Back)
Blogalaxia tags: mario+poggi parque+kennedy blog web libro lima peru
La historia va más o menos así. Hace algunas semanas un tipo se cruzó con Mario Poggi en el parque Kennedy de Miraflores y, según afirma, sostuvo una agradable conversación con él. Hasta allí todo bien, nada fuera de lo normal. Recuerdo haber hecho lo propio hace poco más de 5 años, e incluso, me aventuré a relatar aquella extraña experiencia en el post titulado "Una Velada con Poggi", historia que fue publicada en el mes de marzo del 2006, la misma que podrán leer si hacen clic AQUI. Retomo el tema. Llegado a determinado punto, y sin alcanzar a comprender exactamente por cuál oscuro motivo, el tipo en cuestión cometió la negligencia de comentarle a Mario Poggi lo siguiente: "Doctor Poggi, tengo un blog", a lo que Poggi replicó: "no sé qué chucha es eso, pero yo también quiero uno, aaaaaahh". Tal parece que después de la explicación pertinente, el tipo engatusó a Poggi con el sueño del blog propio y se ofreció él mismo a hacerse cargo de los engorrosos trámites que todo ello conlleva (registro, promoción, actualización, moderación, etc., etc.). Entusiasmado y casi eufórico (como era previsible), y en un acto de soberana estupidez (eso también era previsible), Mario Poggi le confió a esta persona desconocida el password de su cuenta de correo personal, cuenta que además suele usar como espacio de almacenamiento virtual, un lugar en donde guarda celosamente sus más preciados escritos inéditos (como también sus ilegales fotos de calatas... esto lo sabemos todos aquellos quienes fuimos asiduos a su desaparecida web oficial en Geocities), con la finalidad de que este sujeto, bajo permiso, publicara un blog utilizando el nombre del loco Poggi dada la poca frecuencia con la que el doctor accede a internet.
El caso es que, con tan hermoso material caido del cielo, el arribista de marras ha sacado un blog con los artículos del iluminado maestro. Perfecto, es cierto que todo va de acuerdo a sus legítimos deseos e intereses (los de Poggi, obviamente), pero lo que sucede es que estoy llorando por la herida. Me pregunto qué hubiese sucedido si yo concretaba aquel frustrado segundo encuentro con Poggi (ver post Mi Primer Pajazo) y le hablaba no solo de Crónicas de la Farándula Kitsch y la combi que capitanea con su rostro de psicólogo orate (ver imagen de encabezado, asiento 1, detrás del cobrador), sino también de Una Velada con Poggi, la historia que le dediqué con tanto cariño. Aunque conociéndome, lo más probable es que al final hubiese terminado jugándole sucio; de seguro no le hubiese creado ningún blog, y todo el material contenido en su correo estaría siendo posteado a diestra y siniestra, sin asco ni remordimientos, en este repudiable espacio masturbatorio (en realidad, ex masturbatorio), aunque claro, con el respectivo crédito al autor (tan mezquino tampoco soy), y no contento con eso, estaría ofreciendo al mejor postor sus cuentas de correo, incluyendo, obviamente, los tan famosos passwords del Loco Poggi, de los cuales mucho se habló hacia fines del 2005, cuando una facción radical de desquiciados discípulos disidentes intentó dar un golpe de estado y hackear el correo y la página web del doctor Poggi para tener entre manos, de una vez por todas, las muy codiciadas fotos prohibidas del maestro, tomadas todas en la selvática comunidad de Saposoa a mitad de los años 90, en las que presuntamente aparecía junto a sus alumnas Asháninkas del curso de Formación Laboral y Manualidades en situaciones bastante comprometedoras... (Nota: ver caricatura al final del post).
Prefiero dejar allí el asunto, al menos por el momento. Al igual que Conan en su dulce etapa de rey, esa ya es otra historia.
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MIS EXPERIMENTOS EN EL PARQUE KENNEDY. Escribe: Mario Poggi
Primer caso
El vientre materno condiciona en los nueve meses nuestro destino. Si has sido maltratado, angustiado, el feto cuando adulto, tomara el imprinting, y su alimento será angustia, y masoquismo en todos los actos de su vida, y viceversa.
Estas conductas atávicas no pueden modificarse porque es como el fierro caliente que sale del horno, que al enfriarse se rompe si lo doblas.
Una señora me dijo: mi hijo de 15 años tiene manía de mover el ropero detrás de la puerta para trancarla, y también la cama; si no lo hace, no duerme en paz. Entonces yo le pregunté que le pasó en sus nueve meses de embarazo, ella me contestó: cuando tenía 5 meses de gestación me atacaron los terrucos; y yo hice exactamente lo mismo que él hace ahora. Entonces le repliqué: el feto ha copiado esa conducta y la ha descargado después de 15 años.
Esta teoría yo la he descubierto hace 5 años, y la señora vive en Pucallpa.
Segundo caso
Una señora se lamenta por su hija de 35 años que se casó con una persona inadecuada -un drogadicto-, y encima la abandonó. Mientras que a la otra hija, que tiene 23 años, le ha ido muy bien en el matrimonio e incluso los mantiene a los otros. Me las presentó a las dos en el parque. La mamá, me decía riéndose: "si han salido de la misma chucha, porque chucha son tan diferentes".
Yo le dije que me contara el embarazo de las dos. Ella me contó que en el primer embarazo, el energúmeno de su marido le pegaba en la barriga y la humillaba. Por eso le dije, el feto aprendió a sufrir, y en la vida adulta busca inconscientemente todo lo que le haga sufrir, porque es su alimento. Una especie de masoquismo introyectado que aflora en la época adulta, y por eso escoge al ser más despreciable del planeta para aparearse y hacer familia, sin escuchar los ruegos de la mamá que le decía no te cases con ese que es un fumón.
Luego me cuenta del otro embarazo, para ese entonces ya se había divorciado del energúmeno de su marido, su gestación fue feliz y tranquila durante los nueve meses, escuchando música clásica, yendo a su control médico sin angustias, por eso que el feto fue feliz, y ahora en la edad adulta busca todo lo que le hace feliz como alimento.
La esta segunda hija se casó con un norteamericano que le da todo, y hasta le da un poco de propina para su madre.
Tercer caso
Una niña de 5 años le gusta meterse en la tina todo el día y no sale de ella hasta que su piel se quede como corcho. Ya la han salvado varias veces de ahogarse en el mar, porque sin miedo, se mete sin medir el peligro. Yo le pregunto a la señora que pasó en sus nueve meses de embarazo, cómo los vivió, y me contó que había tomado mucha agua.
Yo le dije: "El feto aprendió a simpatizar con el agua, volviéndose una conducta maniática".
Cuarto caso
Un joven de 25 años me cuenta que tiene la manía de subirse a los árboles, y cuando compra una casa tiene que tener un árbol. Le pregunto que pasó con su mamá, cuando el era feto. Mi mamá se subió a un árbol cuando estaba embarazada y se le rompió la fuente. Entonces el feto aprendió a subir un árbol.
Quinto caso
Un joven se frotaba la barriga a la altura del hígado. Su padre le decía delante de mí: "Ya estás grandecito, para que te sigas frotando el costado. Me tienes cojudo con esa manía".
Le pregunté a su madre: ¿Que pasó en tu barriga cuando estabas embarazada de tu hijo? Me respondió: "Mi marido me pegó una patada en la barriga". Entonces le dije yo: "Ahí está la explicación, el golpe le cayó al feto y hasta ahora sigue sobándose". (Nota del Doctor Monique: Creo que aquí a Poggi le faltó acabar la frase con un "aaaaaaaahh").
Sexto caso
¿Porqué los suicidas fallidos aparecen?
Una señora me cuenta que su hijo se deprime y no quiere vivir. El tiene veintidos años, ella es contadora y su esposo también. Me dice que le han dado de todo a su hijo, menos cariño, lo mismo que a los otros hijos. Me cuenta que el hermano de la señora, que viene a ser el tío del muchacho, se quedaba en la casa para cuidarlos y les pegabas, y los amenazaba de muerte si hablaban. "Ahora que tengo 22 años -me cuenta el paciente-, solo quiero morirme. Ayer me tiré a los acantilados en Barranco, pero los bomberos me salvaron". Entonces yo le dije a la mamá y al papá que habían ido con el hijo al parque: "¿Señora, usted no sabía que su hermano drogadicto le pegaba a sus hijos cuando eran niños?". No -me contestó-, recién me entero.
Las ilusiones de sus hijos son como una caja de uvas, su hermano las ha aplastado con sus golpes, por eso que sus hijos no tienen ilusiones ahora en la edad adulta.
Sétimo caso
¿Cómo se combate la depresión en los pre-suicidas? A la señora del caso anterior le dije que pusiera el estetoscopio en su corazón y el audífono en el oído de su hijo pre-suicida para que el muchacho escuchara el sonido. Ni bien escuchó los latidos del corazón de su mamá, se quedó dormido. Esto se explica porque todas las moléculas de su ser tienen cargas positivas y negativas, y desde que han sido del tamaño de la cabeza de un alfiler, han escuchado el corazón de su mamá. Las moléculas se han vuelto positivas, y sus radicales de ácido fosfórico se convierten en fosfatasa alcalina, cambiando la polaridad, y hay una fácil penetración a la barrera hematoencefálica, dando un bienestar de sueño reparador. Esto solo lo produjo el escuchar el latido del corazón de la madre, produciendo mucha serotonina, he inhibiendo el mono-aminoxidasa.
Pero para producir más melatonina, que es la responsable junto con la serotonina de la alegría de vivir, le dije que se hiciera baños de luz. De color rojo para el hemisferio derecho y verde para el hemisferio izquierdo; esto mientras vea la TV, para que la lumino-terapia sea amena, ya que el rojo estimula el hígado y la circulación de la sangre, es antidepresivo y anti reumático, mientras que el verde es sedativo, fortifica la vista, disminuye la excitación sexual y la tensión sanguínea, calma el nerviosismo y la cólera; y lo más importante, cambia las ideas pre-suicidas o cualquier estímulo depresivo. La señora cumplió mis órdenes, y ahora su hijo es una persona curada, sin tomar pastillas antidepresivas tricíclicas, que son fatales, porque producen estreñimiento, sequedad en la boca, temblor en la mano, son fototóxicas y engordan al paciente (p.1830 del Libro de Farmacia de Remington edición 17 tomo II Barcelona).
Cuando tomas un antidepresivo está contraindicado comer chocolate, queso, pescado o menestras, porque se producen estas reacciones, hasta producir la muerte después de muchos años de medicación.
Por eso se me ocurrió crear casas antidepresivas con techos de policarbonato que cambian de color con el agua que cae, verde y rojo, azul y amarillo, para corregir los colores depresivos impregnados en el subconsciente, que son plomo, negro, marrón y lila, según Lücher, que inventó el test de los colores y yo lo manejo hace diez años.
Estas casas son de 50 metros cuadrados, construcción al seco en drywall, y se escucha la grabación de la mamá del cliente que va a habitar dentro de la casa. Tengo las maquetas a escala de 1:75 en el escalímetro de arquitectura, las cuales pueden ver en mi casa.
Todas las lisuras que digo por favor perdónenme, no sean tan formales en la vida, si finalmente no van a escapar vivos de ella. Esto lo digo por las lisuras que me brotan de los huevos para advertir una idea, por eso no les pido disculpas, váyanse a la mierda.
Se que voy a pedir perdón por haber triunfado, porque quien triunfa, sin querer ofende, lo decía Gregorio Marañón en Medicina, mientras que Confusio decía: Si me dan el primer premio y honores inclino la cabeza, si me dan el segundo premio inclino el cuello, pero si me dan el tercer premio, inclino la espalda. Cuan hondo puede ver sumergirse un pez, pero pareciera que estuviera flotando, por el agua cristalina.
fuente: El Blog de Mario Poggi - http://mariopoggi.blogspot.com
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Esta es la caricatura a la que hice referencia líneas arriba. Mención aparte, el lúcido comentario que escribe el autor en la esquina inferior derecha. Viéndolo positivamente, podría decirse que tiene un 50% de aciertos ortográficos. Nada mal tratándose de Poggi.
Imagen tomada del libro: "Yo solo sé que soy un imbécil", de Mario Poggi
Puede leerse de puño y letra: "cuando dictava clases hechado en saposoa" (sic)
- clic para ampliar -
Esta es la clase de posts que tanto disfruto colgar, y no los posts basura relacionados a Angelina Jolie, Jennifer Lopez, Mariah Carey, Jessica Alba, Beyonce, Jennifer Aniston y demás fursias hollywoodenses que han mandado al tacho la peruanidad kitsch que caracterizaba a este impresentable blog, un rincón virtual más o menos decente que de un tiempo a esta parte (a raiz de los anuncios) se ha convertido en un lugar asqueroso y medio marisquero. Bueno, qué le vamos a hacer... todos tenemos nuestro precio.
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Aparece hijo no reconocido de Jaime Bayly (ver fotos)
Mi Primer Pajazo (Mario Poggi Strikes Back)
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